Miremos todos a la vida con los ojos de la esperanza,
será ella la que nos diga que camino hay que seguir
confiando en que al final del trayecto recorrido
nada quedará sin su justa recompensa terrenal,
porque todo cuanto hacemos y por lo que luchamos
crea y mantiene una llama viva en nuestro interior
capaz de superar tantos obstaculos como la vida nos presente
y solo nosotros, con la fé inquebrantable en nuestra fuerza
seremos dueños de nuestra sino, ventura pero no casualidad.