domingo, 17 de enero de 2010

Mis tres luceros










Pronto serán ya tres los luceros que me alumbren en mi vida; jamás pensé ser digno de tan magnánima ventura, pues mi vida tardó en dar indicios de poder llegar a ser tan menesterosa en acontecimientos felices y bienaventurados.
Es difícil poder expresar con palabras los sentimientos, ¡ya lo sé!, pero he de intentarlo, y con el solo intento ya me siento feliz y dichoso. ser padre es maravilloso, la culminación de cualquier existencia, pero ser abuelo es, como decirlo, entrañable, llega a lo más profundo de tu ser, pues alguien a quién uno dio vida la está perpetuando dejando estelas de tu propia vida.
Regueros de estirpe se van sucediendo para llegar a la plenitud de toda una vida; gracias a todos vosotros mis seres queridos, mil veces gracias por haberle dado un sentido real y genuino a mi vida, me obligáis con ello a ser más humano y compasivo, más sensible y desprendido, más indulgente y comprensivo, en fin a ser el "abuelo", padre, esposo, hijo y hermano que tal vez nunca fuí; si así fué perdón y vuestra indulgencia, con el ferviente deseeo que aún quede mucho tiempo para poderos demostrar que aún puedo ser merecedor de vuestro cariño y amor.