En el frió invierno de la vida
cuando los años pesan demasiado,
ya casi nada importa más que el calor del hogar,
que con sudores y esfuerzo
conseguimos construir en el día a día,
para poder ser el refugio de recuerdos
de lo que en otro tiempo resulto ser
la propia esencia de nuestra existencia
salpicada de tristezas y alegrías
que nos permitieron sobrellevar
la pesada carga del que lucha
por salir de la miseria que la propia vida
a veces nos hace padecer.