sábado, 20 de marzo de 2010
Con el pensamiento perdido
Quien no se ha perdido alguna vez
entre esos pensamientos que afloran sin cesar
cuando uno menos los desea y necesita
pero que son irremediablemente presentes
como la sombra del día ya transcurrido
que nos recuerda la fugacidad de la vida
acercándonos acompasadamente a ese final irremediable
del que somos conscientes pero evitamos en nuestra mente.
Reposado en esa vieja mesa en su rincón
donde tantos vasos de vino le han acompañado
para liberarse de las penas y zozobras cotidianas
que le hacían imposible sobrellevar la pesada carga
de quien luchando día a día por la simple existencia
no espera nada nuevo ni bueno de una descarnada vida
llena de desengaños, frustraciones y fracasos
para los que el simple hecho de haberlos sufrido
dejan de darle un sentido coherente a la memoria
tratando de olvidar toda crónica o relato de lo sucedido.