Pasaron los días de Navidad; por fin a la cotidianidad del día a día. Ya todo el mundo vuelve a ser "él mismo", nada ha cambiado, todo sigue igual a pesar de las buenas intenciones que a todos nos abruma en este comienzo del nuevo año; pero desengañemonos, son solo eso, buena intenciones que se esfumarán con el paso de los días y todo retornará a su antiguo cauce, cada cual navegando sorteando los recodos turbulentos que se nos presentan, y con la misma fuerza interior, la que nos queda.
No pensemos más; actuémos en consecuencia con nuestros pensamientos, sin dejarnos influir por el exceso de triunfalismo mal entendido, y creamoslo o no somos nosotros nuestros únicos jueces y testigos en todo aquello que hagamos, por lo que de nada vale sopesar cuanto ya está hecho.
No pensemos más; actuémos en consecuencia con nuestros pensamientos, sin dejarnos influir por el exceso de triunfalismo mal entendido, y creamoslo o no somos nosotros nuestros únicos jueces y testigos en todo aquello que hagamos, por lo que de nada vale sopesar cuanto ya está hecho.