Tu compañía me salva del cambiar de los siglos agoreros, para formar junto a mi un lazo de quietud, una cadena de permanencia augusta, símbolo de ese anhelo permanente que despertaste en mí de la sed de verdad que nunca ha de ser saciada para convertirnos en esas figuras que nunca han de cambiar.
Por las noches al observar ese techo nocturno de la tierra, lleno de estrellas cómplices, cielo bordado con enigmas, de esa eternidad que en silencio se prenda, como buenos caminantes volveremos la vista atrás, para ver lo que juntos hicimos de camino. desde el renacer en la cuna del amor, con ese sino que nos ha de iluminar la marcha siempre hacia delante. Es por lo que necesito al oir el silencio que exhala nuestro corazón oír el canto de la escritura, derramando en tinta los sentimientos mas profundos para sentir la ternura de la pluma con la que escribo. No hemos solo de leer y leer y vivir la vida que otros soñaron y plasmaron en un papel, tampoco ignorar que el alma aveces olvida las cosas que pasaron, quedando solo las ficciones, que no fueron sino humanas creaciones de alguien que resultaron ser como el poso de la espuma, a quien tal vez como a mi la voluntad se le murió una loche de luna, en que era muy hermosos no pensar ni querer.
Cuantas veces en el pasado uno se tendía sin ilusión alguna para pensar de vez en cuando en un beso, en un nombre de mujer que aun no existía en nuestras vidas, y que como las olas del mar me traigan o me lleven pero que jamas me obliguen un camino a elegir. Hubo una época en que no tuve ambición alguna, tampoco sentí ningun amor, ni ardí en ningun fuego de pasión ni gratitud por nadie, ni me sedujo vicio alguno, y como decía el poeta,"que la vida se tome la pena de matarme, ya que yo no me tomo la pena de vivir", aspirando de cuando en cuando a ese beso furtivo, sin ilusión alguna, ese beso generoso que nunca se hubo de devolver, pues a nada condujo ni a nadie sedujo. Senti mi cuerpo dolorido y mi triste alma lacerada y perdida, tambien estaba mi corazon herido por mi amarga vida fatigada y por ello lo mejor era no pensar en nada, era mejor morir y olvidad ese amor que aun no se conocia pero del que mucho se esperaba, que amar y vivir a esa sombra fantasmal, y asi mayor merito era dejar de amar que conseguir lo que jamas habia existido sino en nuestra imaginación.