lunes, 9 de enero de 2017

Volando la imaginación

Miramos al cielo al atardecer intentando evadirnos del día a día para intentar mantener la energía necesaria para poder seguir adelante, intentando no desfallecer ante los acontecimientos que nos depara la propia vida. Llegamos al final de nuestra vida con deseos incumplidos, sueños no realizados, frustraciones en la mochila recogidas a lo largo de nuestra existencia que actúan como un lastre del que no podemos desacernos aunque lo intentemos continuamente. Sentimientos no correspondidos y que ni tan siquiera hemos podido compartir no solo con nuestros seres mas allegados sino con los que hemos intentado incorporar a nuestro circulo de allegados; todo ello creando día a día un estado de insatisfacción que nos ha relegado a una vida vacía, sin valor alguno, sin esperanzas que sirvieran de alimento para avivar el fuego de la esperanza y la ilusión por vivir mejor y con alguna ilusión que nos justificara ante nosotros mismos, los primeros, el esfuerzo realizado por sobrevivir en este mundo decadente y falta de sentido que nos invade.