Con los años muy poco preveemos los terribles sufrimientos que con el tiempo nos deparará la soledad, le privación de deseos y placeres y la nostalgia de lo ya vivido.
Más tarde que pronto las malas pasiones se nos apagaran, para dejar su lugar a expresiones excepcionalmente intensas de amor y ternura hacia los demás.
No despreciemos ahora aquellos tiempos en que bastaba un beso, una caricia o una palabra de un ser querido para sentir que la vida valía la pena de ser vivida.
Cuantos han dicho delicadamente, en medio de susurros para no ser oidos:" me he casado antes de la boda".
No he confiado nunca en que nada bueno me pudiera ocurrir por si mismo. Duramente he tenido que luchar por todo lo mucho o poco que he alcanzado en la vida.