ilusiones encadenadas con la fuerza del deseo
que transcurren sin tomar aliento fresco
por la amenaza del tiempo imparable.
Necesito en ocasiones escuchar el silencio a mi alrededor
precipitarme en el murmullo de la soledad
y sentirme vivo en mi propia ausencia
para saber que mi existencia me es ajena.
¿Incongruencias? ¡no! la vida misma es así
en su máximo esplendor vital.