Si. Hacía ya demasiado tiempo que no escribía nada en mi blog. Y es precisamente el tiempo, su falta la que me ha impedido poder hacerlo. Pero por fín le he podido arrebatar unos instantes para reencontarme con mi propio sentir, olvidándome de la cotidianidad del día a día que me envuelve e interfiere con toda su fuerza en toda mi vida.
Necesito salir de la monotonía del trabajo, necesito viajar a mi interior para conocer mi verdadero rumbo, mi senda a seguir para que no me consuma la rutina y el vacío del existir diario; necesito sentirme vivo por dentro, no quiero ser como como esas sabanas tendidas del hogar que aún guardan el olor de encuentros que no han sucedido.
Porque ser feliz no es otra cosa que poder ver el mundo tal y como uno lo desea y no como te lo impone la sociedad que te rodea, por ello lo mejor de esa felicidad es la esperanza que te da y el recuerdo que te queda de las cosas bellas que te han sucedido. Es por todo ello por lo que uno ha de dedicarse algo de tiempo para si mismo, para revisar ese mundo tan intimo y personal en el que nadie tiene derecho a estar, pues hay puertas de la intimidad que jamás deben abrirse a nadie.