sábado, 28 de diciembre de 2013

"Navidad"



En estos momentos de compartir con la familia unos días llenos de paz y felicidad, el "abueloNoel" os desea a todos mis seres queridos, un muy "FELIZ Y PROSPERO AÑO NUEVO 2014" que os colme de alegría y en el que se vean cumplidos todos vuestros mejores deseos.
Deseos que hemos de compartir y transformar en nuevos estímulos para seguir adelante en el día a día, en estos momentos tan difíciles y llenos de sinsabores por los que estamos pasando dada la situación actual, pero que con el apoyo y tesón de todos lograremos superara sin la menor duda, ya que “querer es poder" y todos queremos avanzar hacia el futuro mejorando nuestra situación al ser posible y en el menos malo de los casos mantenerla pero siempre con actitud positiva que nos permita ese pequeño empujón hacia delante, hacia el cumplimiento de nuestras metas y deseos soñados para poder compartirlos y disfrutar todos de ellos.

lunes, 23 de diciembre de 2013

¿Camino sin retorno? Podría ser


El paso del tiempo inexorable, no puede detenerse. Como el amor que adquiere con su paso ese acento de pasión atormentado, de anhelo no satisfecho y de ansias febriles de posesión, como en esa poesía hernandiana de la que se dijo que en su simbolismo se dejaba ver un sereno atardecer en el que el hombre está clavado en las entrañas de la tierra como la pena que hurga en el pecho del joven enamorado.
Mirada al frente, decidida, con rumbo fijo hacia esas metas no escritas en ningún sitio pero que están marcadas con la tinta imborrable de los sueños para perdurar en la memoria cuando el resto de nuestro cuerpo flaquee, que será por desgracia en no pocas ocasiones, pues la vida en sí misma es de por sí lo dura que a veces nosotros mismos, sea de forma inconsciente o no, nos la hemos creado y ante la cual hemos de rendir cuentas por desgracia más bien pronto que tarde. Cruces de caminos no previstos, encuentros no menos esperados ni aún deseados, puertas entreabiertas para darnos paso a lo desconocido, caídas en vano que nada nos aportaron pero que fueron tan inevitables como inútiles, senderos solitarios por los que acompañamos a al soledad de nuestra propia sombra, tan etérea a la vez como hado permanente de nuestras flaquezas y debilidades, pero que al final y por medio de nuestra inefable confianza en lo que somos y queremos, lograremos alcanzar y disfrutar esas metas que en un tiempo pasado nos parecieron tan lejanas e inalcanzables como deseadas y anheladas desde lo más hondo de nuestro corazón.

domingo, 24 de febrero de 2013

Esos "seres" que me han cambiado




La primera vez que me dijeron iba a tener un nieto, fué como si se despertaran las hadas silenciosas de la vida, para da un significado, tal vez el último del misterio de la vida que siempre queda inasequible; ya lo dijo el poeta:"si buscas caminos en flor en la tierra, mata tus palabras y oye tu alma vieja".
¡Vieja! esa es la palabra que me hizo ir a mirarme al espejo en cuanto pude quedarme solo, una sencilla palabra para expresar un hecho sencillo, pero que junto a otras de su misma naturaleza, como abuelo, forman un manojo de presencias eternizadas en su esencialidad.
Los nietos son seres especiales, a los que los abuelos los envolvemos en una atmósfera diferente, sobreprotectora, que te hacen recordar en un momento determinado tu presente y tu pasado, tus debilidades y tus fortalezas, tus defectos y por que no tus virtudes, devolviéndote momentos de tu propia juventud, trasladándote al pasado, y no porque se les quiera mas que a los hijos, así como a un hijo no se le quiere más que a tu pareja, pues son amores y afectos tan distintos como complementarios, nunca comparables pero siempre presentes y rellenando el vacío que unos u otros nos dejan en algunos momentos de la vida.
El prodigio de llegar a ser abuelo te hace plantearte la vida utilizando ya poca retórica y mucha más sinceridad, pues nuestro corazón deja ya de estar encerrado en la esperanza, con el temor de que los recuerdos nos vayan secando ese alma de polvorienta de los años pasados en el desierto de la vida. Uno se encuentra reo de sus hechos y vivencias, que no puede olvidar y en ocasiones nos arrastra a un total desengaño de la propia vida, que con la llegada de los nietos, nos arrastra hacia un nuevo nacimiento, de transformación y recorrido hacia una nueva luz donde todo se convierte en regeneración, sabiduría y prudencia para llevarles a "ellos", mis nietos, por el camino que yo hubiese querido seguir.
Cuando el hombre se encuentra solo con la naturaleza en estado puro, la soledad y la desilusión animaliza y arrastra su alma al borde de la aislamiento social, ahogando su inteligencia y sus ansias de elevación, pero el amor y sobre todo ese amor recién nacido, inocente y soñado aún sin saberlo, le horroriza a la vez que le seduce, y es esa mezcla de terror, fascinación y anhelo lo que significa el sentimiento más poderoso que que le invade al hombre en el momento que le dicen que va a ser abuelo.
El amor que uno siente hacia sus nietos le hace salir de uno mismo, llegando a negar nuestra propia y singular individualidad, para fundirnos con ellos en sus juegos, sus risas, sus desvelos, sus sueños, y sorprendernos a nosotros mismos en mas de una ocasión meditando palabras de un íntimo monologo en el que se distingue la voz viva de los ecos inertes de complejas sensaciones que produjeron una honda palpitación del espíritu. Mirándome en sus ojos auténticos, espontáneos, sinceros, vislumbro las ideas cordiales y universales del sentimiento del hombre bueno, que está encerrado en nuestro interior esperando un rescoldo de luz y de calor para aflorar a la propia vida, para poder mirarnos desde afuera y procurar penetrar en lo más profundo de las cosas, para que nuestro mundo externo no empiece a perder su solidez ahora cuando más la necesitamos, para disfrutar de esos minúsculos seres que nos hacen meditar y llegar a la conclusión que no existimos por nosotros sino por y para ellos.
Nos convertimos en hombres atentos a nosotros mismos y también a ellos para no ahogar la única voz que de verdad nos interesa escuchar: la suya, aunque nuestros ojos están cargados de razón y la razón analiza todo cuanto capta para no ver el teatro de la vida en ruinas y ver nuestra propia sombra proyectada en la escena del último acto de nuestra existencia. Y todo ello nos trae a la memoria las muchas horas de la vida gastadas, y diría más, perdidas, en meditar sobre los enigmas del hombre y de la vida, cuándo a partir de ahora "ellos" se adueñaran de nuestras ideas y harán que todo cuanto ocurra a nuestro alrededor queramos que sea inmutable y atemporal.